Hace algunos meses, leí un artículo de cafecitos famosos en el mundo por sus comensales, lugares donde se llevaban a cabo reuniones de grandes literatos o pensadores. De París y NYC se llevaban varias menciones (lo siento, lo busqué un buen rato, pero no encuentro la liga). Esto, en su momento me recordó un artículo del profesor Ramón Espinoza de la mítica Laberintos e Infinitos llamado justamente «El Café Escocés».
En pocas palabras (como abstract del artículo que es muy recomendable leer completo ya sea en pdf o html) el Café Escocés era un establecimiento en Lvov en aquel momento Polonia hoy Ucrania, en donde se llevaban a cabo reuniones de los matemáticos de la Universidad Politécnica de Lvov la mayoría profesores y un par de alumnos, así como profesores visitantes.
Este grupo, encabezado por Stefan Banach (el de los espacios homónimos, entre otras muchas cosas) y por Stanislaw Ulam (el autor de espiral de números primos, entre otras muchas cosas) fue cambiando paulatinamente las oficinas por este cafecito, los pizarrones por las mesas pues literalmente escribian sobre las mesas (en este caso no eran ventanas) hasta que la esposa de Banach les regaló un cuaderno de buen tamaño para evitar perder los resultados de sus discusiones con el primer trapazo del dueño del local. Y así, este libro o cuaderno entró derechito a la historia.
Se escribian los problemas dejando una página para sus solución, y en algunos casos se escribía junto con el problema un premio o pago al que pudiera resolverlo o demostrarlo. Los premios iban desde gansos, comidas, cafés, botellas de whisky (con medida > 0),… Así, el libro se fue nutriendo de problemas que se fueron resolviendo durante el siglo XX. Muchos de estos dan forma y bases al área del Análisis Funcional.
En particular, el problema 153 (escrito por Mazur el 6 de noviembre de 1936), la fue resuelto por el sueco Per Enflo con un contraejemplo en 1972 (36 años después) y se hizo acreedor al premio propuesto por Mazur: un ganso vivo, el cual le fue entregado al año siguiente en Varsovia.
Actualmente el libro está en manos de la familia de Banach.
En fin, poco puedo decir más que el artículo, solo para los verdaderamente incrédulos (y demás curiosos) el libro ha sido digitalizado íntegro recientemente, en esta página. También, para aquellos que el polaco no sea su fuerte (ni el estudio de geroglíficos) tienen la versión transcrita en inglés en la misma página, autoría de Ulam.
Siempre me han parecido interesantes estos establecimientos, pero yo voy mas por el lado literario y artistico, ya sabes, esos cafes donde se reunian los grandes pintores como Renoir en Paris, donde tambien estuvo Marquez en su momento y no se si estare chefeando, pero me parece que hasta Hemingway. Realmente lugares que por su clientela llegan a catapultarse hasta lo mitico.
El Café Escocés es uno de los más interesantes de los que he oído. Me encantaría tener la oportunidad de regresar el tiempo y poder estar en esas reuniones. Pero en París estaba otro que me interesa todavía más: el famoso Café de la Régence. En este artículo, que no se es precisamente sobre el café, se habla bastante de él.