Un día cubriendo La Carrera Panamericana es más o menos así:
Despiértate a las 5:00. Bueno, dos minutos más. ¡Mierda! 5:15. En chinga, brinca de la cama. Regaderazo madrugador. Maletas al coche. Checkout del hotel y vámonos a la primera etapa del día. ¿Manejas tú o manejo yo? Ni se te ocurra perderte ni dar una sola vuelta equivocada. Treinta, cien ó 200 kilómetros más adelante: listo, pasa el control “A” una hora antes que la carrera. Ahora, encuentra el lugar perfecto que incluya: buen tramo de carretera, paisaje, buena luz (que dure al menos las siguientes dos horas), espectadores al lado del camino,… Monta el equipo, tripié, GoPro’s y dos cámaras al hombro. No se te olvide el sombrero y manga larga porque a tu amigo el sol, le gusta que estés rojo-rojo, y pues nel. Además: el brazo de taxista (ya[?]) no está de moda. ¡Ahí vienen los coches! Fotos, varias, montones; una, dos o tres por coche por cuadro. Ajusta la velocidad de obturación. Cambia de lente. La luz se movió y ahora hay demasiadas sombras; muévete –con tus 13 kilos de equipo– unos 800m hacia arriba, no hacia abajo. ¡Chingadamadre! Este wey se metió a cuadro. Grítale al idiota que está en trayectoria que se quite de allí –no por él, sino porque dejaría una abolladura muy culera en algún coche–. Listo, pasa La Barredora™. Ya nos podemos ir. Chale, no pasó uno de los coches que estaba esperando. ¿Qué le pasó? Ni modo, no hay tiempo, al rato averiguamos. A la siguiente etapa. Lo bueno es que está a sólo 200 kilómetros. En chinga, desmonta y carga todo. No nos da tiempo para desayunar, pero bueno, apenas son las 9am. Písale que no llegamos. ¿Ya viste el paisaje? Wow, está increíble… pero mejor venimos otro día, vamos tarde. Listo, llegamos. ¡Apenas!, dos minutos más tarde y no nos dejan pasar. Encuentra lugar y empieza a montar todo otra vez. Chale, la luz de medio día es muy jodida, encuentra un mejor lugar donde la sombra ayude. Dispara y repite. Muévete para arriba de la carretera. Para abajo. Cruza el camino. Barredora otra vez. ¡Vámonos! ¿Alcanzamos a llegar al arco de meta? No sé, pero dale, en una de esas sí. Pero acuérdate que nos falta una foto del coche #115 en la meta. Bueno, si no es hoy, mañana seguro. Qué pinche tráfico, nunca vamos a llegar al arco en el centro. Tú dale duro, pero con cuidado, eh, que con cualquier problemita se nos acaba la fiesta. Arco, pero antes peléate con los policías porque, aunque tienes todas las acreditaciones, tu coche no es uno de los viejitos, “pero bueno, pásele pero quédese lejos, ehh”… Ahora fotos con la gente entre los competidores. Con los pilotos abajo de los coches. Wow, es mucha más banda de la que jamás creí. Aguanta. Acuérdate que quedaste de pasar con los del #283 por una chela. Media hora más, ¿va? Ok, pero apúrale, que el hotel está lejos. Ok, listo, vámonos. ¿A las 8 en el lobby para irnos la cena? Bueno, 8:20. Listo. Checkin y esperemos que no haya bronca con la reserva. No joven, sólo me quedo una noche. Sí, sí, seguro. No. No me interesa un tour a las ruinas, gracias. Sí. Bueno, al fin al cuarto. Descarga las ~700 fotos del día. Pon a cargar las pilas, limpia lentes y cámara. Regaderazo reparador. ¿Jeteita de 5 minutos? Chale, ya no hay tiempo. Edita y manda las fotos del día. Ya vas 10 minutos tarde. Vámonos a la cena, pero acuérdate que antes tenemos que pasar a la gas. Lleno por favor y llantas a 39, joven. Son las 9:30 y al fin me puedo dar un respiro de 15 minutos para desayunar. Ya están dando los resultados, deja ese filete para al rato. Joven, no se vayan a llevar mi plato. “No, no, ¿cómo cree? aquí se lo guardo”. En chinga, los ganadores del día. El podium está mal iluminado. Muévete para tener una foto diferente. Ganaron H&L el día, la foto de la noche. Pero vénganse para acá que hay mejor luz. Felicidades, ¡qué chingón! Listo, se imprime. Ahora, a terminar de… desayunar… Joven ¿y el filete que le encargué? “Uy joven, creí que no regresaba y me lo llevé”. Me carga el pintor… Listo, vámonos que mañana hay que despertarse temprano, pero antes del hotel hay que detenernos en un Oxxo por unos burritos, ¿va? Hotel a las 12, al fin sólo falta editar pocas fotos. ¡Ja! Una hora más y ya navegando sólo por instrumentos. Listo, fotos mandadas. Empaca todo y déjalo listo para mañana. Lávate los dientes, pon despertadores, habla a recepción para que –también– te despierten. 1:20am y por fin: a dormir.
Despiértate a las 5:00. Bueno, dos minutos más…
Y sí, 9 días así en La Carrera Panamericana desde hace cinco años (👈 otros artículos en el blog), son para mí: la mejor semana del año. Y acá, la galería completa de la edición XXIX de la Carrera Panamericana.
Además, mil gracias a Volkswagen México por el coche, me crearon una adicción difícil de curar por el Polo GTI, definitivamente y por mucho: el coche más divertido que hay en el mercado en México (ojalá algún día armen un Track Day, e inviten 😁).
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