Previsiones no tomadas (1 min read)

Desde la semana pasada, varios cuates y yo teníamos ganas de ir a las fallas de Valencia este fin de semana. Tras diversos cálculos decidimos que la mejor manera de transportarnos era rentar un coche, nadie quería manejar, a lo que sufridamente me ofrecí a manejar la ida y el regreso a Valencia, la cual aparenta ser una gran carretera.

Cuando empezamos a ver el hospedaje, nos dimos cuenta que era un poco más que imposible conseguir hotel/hostal/cama, lo que nos valió madres y optamos por rentar el coche y lanzarnos a la aventura de todas formas.

Solo al final del trámite para rentar el coche surgió un pequeño detalle: la pinche fecha de caducidad de la maldita licencia. Y resulta que estoy manejando sin licencia desde agosto del año pasado y yo ni en cuenta. Me traje la licencia a estos lares para manejar al menos los primeros tres meses de estadía, antes de decidir si me aviento los cerca de 800 euros que cuesta el trámite del carnet de conductor por aca, o veo cómo chingados le hago para campechanear la manejada.

En fin, terminaremos yéndonos en tren, que tampoco está tan mal, pero no podré manejar, lo cual me requeteemputa más que nada, digo, por lo pendejo que puede llegar uno a ser.

Si solo hubiera sacado mi licencia un par de semanas después de la que traigo (caduca) en la cartera, hubiera alcanzado las malditas licencias eternas, anunciadas solo cuatro días después de que saqué la mia, eso es mala suerte.


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