No me extenderé porque no hay palabras que logren describir lo que es la explosión de alegría que se logra con más de 250 niños jugando felices.
Para la particular historia de este fin de semana se reúnen dos increíbles organizaciones.
Por una parte, una familia harta de que los niños se la vivan pegados a la televisión por falta de espacios públicos decide hacer un parque para todos. Consiguiendo donaciones de todas partes, desde el terreno donado por su familia, el cemento para la cancha de basket ball, las llantas donadas por los talacheros de la zona, hasta el trabajo para construir todo regalado por la comunidad construyeron el parque infantil para todo aquel que quiera jugar.
Y en este parque, Tsikuri Padme, una ONG consagrada al refuerzo educativo de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad con un evento itinerante por el Estado de México, aprovechó y organizó un día de juegos. Y así, el grupo de fundadoras con un pequeño ejército de voluntarios, en un evento disfrazado de kermesse reunieron a más de 250 niños con actividades manuales y charlas formativas de la manera más lúdica posible.
Gracias a mi querida maestra Eileen Truax por su increíble ayuda.
Nota: este evento fue a finales de agosto, pero por diferentes eventos ajenos a nuestro control (un terremoto, por ejemplo) hasta hoy se publican las fotos.