Actualmente en Barcelona se está festejando el festival Beefeater In-Edit. Es un festival de documentales alrededor de la música y su mundo, cubriendo una gama amplísima de géneros y gustos; desde Rostropovich y su regreso político a Rusia, pasando por el retrato del Joaquín Sabina del “19 días y 500 noches”, algunos electrónicos, Joy Division, un grupo nueva adquisición para mí llamado The National.
Un documental particularmente bueno fue Coração Vagabundo acerca de Caetano Veloso con un excelente guión que presenta a un Veloso paralelo al del escenario (o de la pantalla), llegando, en momentos, a ser un cómico bastante bueno.
Se oyó muy simpático cuando entrevistando a Pedro Almodóvar, quien contestaba en un inglés sinceramente no bueno y algo lento, de repente dice en español:
– ¿Pero qué coño hago hablando en inglés? ¿Habrán subtítulos, no? Pues venga… Como te decía: Caetano es un gran…
Pero hasta el momento el mejor documental fue el de ayer. Cabe mencionar que no soy conocedor y menos fan del tango, me gusta, lo escucho pero nada más. Entre mi música no hay más de 5 ó 6 canciones, todas conseguidas para darle el soundtrack correcto a “Camino de ida“. El chiste es que iba, sin mayores expectativas, a ver algunos porteños sufriendo bailando, escuchar algo de Gardel, algo de mmm…, nop, sólo conocía a Gardel.
A diferencia de los documentales que me habían tocado ver, éste había sido filmado en 35mm contra los Beta SP, consiguiendo una excelente calidad de imagen, si además a esto se le añade una fotografía impresionante tenemos un deleite visual asegurado. Pero… estamos en un festival de documentales musicales, por lo que el sonido es fundamental. Aquí es donde empiezan a aparecer un par de nombres en la realización, como Gustavo Santaolalla, productor y productor musical del documental, además de fungir como cierto hilo conductor de ésta historia, en donde viajan a través de varios grandes maestros del tango argentino (y algún uruguayo) presentando siempre algo de su obra, su historia y algún comentario extra en primera persona, para posteriormente cerrar con todos estos maestros en Teatro Colón de Buenos Aires, en un concierto llamado “El café de los maestros” (homónimo del documental en cuestión) considerado como el proyecto más ambicioso del tango.
Para no hacer el cuento más largo, había ocasiones en que me daban ganas de aplaudir a la pantalla, no por la película en sí, sino por la interpretación que estaba viendo(no lo hice, no era ocasión pa’ sacar el cobre). Impresionante. Tendré que buscar algo de música de Horacio Salgán, Carlos Lazzari o Virginia Luque, entre tantos otros.
Regresando al festival en sí, se me hizo simpático que la rola oficial de este año es “Tengo la Voz” del colectivo mexicano Bostich, siendo ésto lo único mexicano en el festival. Y lo mejor… todas las salas están a menos de dos cuadras de mi casa y justo a la hora que salgo de la oficina!
Suena interesante ese festival, también el Café de los Maestros. A ver cuándo nos llega por acá.
Suena interesante ese festival, también el Café de los Maestros. A ver cuándo nos llega por acá.