Independientemente de las medallas que tenga el volcán michoacano (una de las maravillas naturales modernas, el volcán más joven del mundo,…), la visita al volcán, ya extinto, ofrece un espectáculo que todo el mundo debe ver.
El libro de la SEP (ese con La Patria sosteniendo la bandera en la portada) de tercero de primaria tiene (o en mis épocas: tenía) la historia de cuando en febrero de 1943 Dionisio Pulido es testigo de cómo nace un volcán, literalmente, debajo de sus pies. Tras cerca de diez años de actividad, la lava emanada cubrió por completo dos pueblos, dejando sólo la fachada y el ábside de la iglesia (en aquel momento en construcción) de San Juan Parangaricutiro. Es el único volcán en el mundo que se ha podido estudiar desde su nacimiento hasta su extinción.
Hace poco me tocó estar allí como parte de una producción fotográfica por la meseta Purépecha de Michoacán (la última vez que había ido fue en 1996 [sí: madres!]). Íbamos cortos de tiempo por lo que no pudimos bajarnos del coche en Angahuan y hacer la ruta al cráter y las ruinas (a unos 8kms de lava seca entre uno y otro) a caballo y buscando cómo llegar lo más cerca posible encontramos una ruta muy accesible para cualquier coche desde Zacán (unos 8 kilómetros al oeste de Angahuan). Haciendo un pequeño paréntesis: si hay tiempo, vale la pena en Zacán desviarse una cuadra y ver la Iglesia y su atrio, tan típicos de la zona. Al lado del acceso al atrio hay en las piedras de hasta abajo de la barda a la izquierda, varios petroglifos interesantes.
Desde el centro del país hay pocas excusas para no darse una vuelta: está cerca (DF: 5hrs, Gdl: 5hrs, Qro: 4hrs) y bien comunicado, hay opciones en los alrededores con una basta oferta hotelera y gastronómica como Uruapan, Pátzcuaro (Pueblo Mágico), Zirahuén, incluso Santa Clara del Cobre (Pueblo Mágico). Como recomendación podría decir que vale mucho la pena dedicarle un día completo a la zona.
Las caminatas entre la lava seca que en ocasiones alcanza los 10 metros de altura es una experiencia que parece de otro mundo (por más que me cague esa frase, es, aquí, literal).
Saliendo de Uruapan, para llegar al volcán y las ruinas hay opciones de ruta para todos los gustos y necesidades: en coche (sólo hasta las ruinas), en 4×4 o en caballo/a pie:
[Mapa en Google Maps]
Me encantaría hacer el recorrido que usted propone. Me encanta la forma que lo plantean y realmente a uno le vienen ganas de ir a verlo.
Loverboutique
Que hermoso y que maravilla de nuestro hermoso planeta que tiene tanto que mostrarnos, es una parada indiscutible para todo viajero
Por este conducto, pongo a su amable consideración, el siguiente poema, de mi autoría, destinado a conmemorar los 70 años del nacimiento del hermoso coloso purépecha:
PARICUTIN
“¡Ay, Señor de los Milagros, . . . soy uno de tus milagros!”
Se reventaron las tripas
de la tierra incandescente,
se nos tiznaron las milpas,
Volcán, coloso inmanente.
De natura fue el encono,
fragor de pirekua, tono,
nació un cono muy humeante,
¡P’urhépecha, rey vibrante!
No hubo pena, ni castigo,
déjenme, les cuento y digo:
Tata Dionisio Pulido,
te lo juro, yo no olvido.
Que tú asististe a mi parto,
de la mente no te aparto,
¡si temblaste junto a mí,
si viste como surgí!
Con mis fumarolas prietas,
huaraches pisaron grietas,
sobre un anafre, . . . se sufre,
percibiste olor a azufre.
Espanté tus sentimientos,
¿recuerdas mil novecientos?,
año del cuarenta y tres,
del mundo fui el interés.
Convoqué a muchos famosos,
toda suerte de curiosos,
vulcanólogos, pintores,
poetas de mis amores.
De Angahuan, hijo adoptivo,
grandioso, superlativo,
michoacano por derecho,
Meseta, mi dulce lecho.
En geología soy hazaña,
magma, piedra de obsidiana,
mineral, vapor, ardiente,
un fantasma gris latente.
He suavizado el carácter,
exhalo por ancho cráter,
sigo activo, visitado,
mi lava no se ha acabado.
Soy turismo, panorama,
de económica derrama,
nunca quedaré a la zaga,
soy cirio que no se apaga.
San Juan Viejo, iluminado,
¡milagroso Dios, amado!,
enterrado oficias misas,
a ti brindo mis cenizas.
Por joven, sigo creciendo,
Nana Cueráperi, entiendo,
¡soy tu entraña, soy tu herencia,
corazón, fuego, . . . tu esencia!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., 20 de febrero del 2013
Dedicado a Don Guadalupe Trigo (QEPD)
Reg. SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14