Mirar de lado (4 min read)

O “lo que desde muy chico aprendí gracias a Edgar Allan Poe”…
Las lecturas de mi infancia se podrían reducir básicamente a novelas policiacas e historias del mar. Conan Doyle, Agatha Christie, Salgari, Verne,… pero los cuentos de Edgar Allan Poe no eran de los que más me gustaban, demasiado suspenso supongo. Su obra la empecé a apreciar mucho tiempo después. Aunque entre los tres o cuatro cuentos que le alcancé a leer en aquella época, tuve la suerte de haber leído “Los crímenes de la calle Morgue” (hasta recuerdo la escena sentado en el suelo debajo de la tele en nuestro cuarto en casa de mis abuelos, habitación en la que años después viví casi 5 años). El cuento me encantó, pero más que eso, hoy, casi 20 años después puedo decir que de allí viene uno de los párrafos que más me han dejado en la vida (y no exagero). Por una discusión del detective Dupin en donde analizaba diferentes métodos de observación, criticando diferentes escuelas aprendí a observar sin mirar de frente.

-No debemos pensar en los modos posibles que surgen de una investigación tan rudimentaria -dijo Dupin-. La policía parisiense, tan alabada por su penetración, es muy astuta pero nada más. No procede con método, salvo el del momento. […] Los resultados obtenidos son con frecuencia sorprendentes, pero en su mayoría se logran por simple diligencia y actividad. Cuando éstas son insuficientes, todos sus planes fracasan. Vidocq, por ejemplo, era hombre de excelentes conjeturas y perseverante. Pero como su pensamiento carecía de suficiente educación, erraba continuamente por el excesivo ardor de sus investigaciones. Dañaba su visión por mirar el objeto desde demasiado cerca. Quizá alcanzaba a ver uno o dos puntos con singular acuidad, pero procediendo así perdía el conjunto de la cuestión. En el fondo se trataba de un exceso de profundidad, y la verdad no siempre está dentro de un pozo. Por el contrario, creo que, en lo que se refiere al conocimiento más importante, es invariablemente superficial. […] Las formas y fuentes de este tipo de error se ejemplifican muy bien en la contemplación de los cuerpos celestes. Si se observa una estrella de una ojeada, de lado, volviendo hacia ella la porción exterior de la retina (mucho más sensible a las impresiones luminosas débiles que la parte interior), se verá la estrella con claridad y se apreciará plenamente su brillo, el cual se empaña apenas la contemplamos de lleno. Es verdad que en este último caso llegan a nuestros ojos mayor cantidad de rayos, pero la porción exterior posee una capacidad de recepción mucho más refinada. Por causa de una indebida profundidad confundimos y debilitamos el pensamiento, y Venus misma puede llegar a borrarse del firmamento si la escrutamos de manera demasiado sostenida, demasiado concentrada o directa.

De The Murders in the Rue Morgue¹ de Edgar Allan Poe

A los 11 años, sin ver más allá de lo práctico que apuntaba el texto salí a ver las estrellas y comprobar que efectivamente, había estrellas que veía claramente desde el rabillo del ojo, pero las perdía por completo cuando las intentaba enfocar de frente. O cuando íbamos de chicos a lamparear conejos en el monte, tirados esperando ver alguno, en cuanto escuchaba ruidos miraba cerca de donde venía el ruido, nunca directamente, para que en cuanto se volviera a mover, saber exactamente dónde estaba y bum! del monte a la cazuela.
De alguna forma, la costumbre evolucionó hasta llegar a la carrera y más metafórica que físicamente lo aplicaba cuando me pedían demostrar cualquier fumadez como que un polinomio de grado 4 no podía tener raíces imaginarias o que la frontera de un conjunto convexo era un conjunto cerrado (o algo por el estilo)², apuntaba a otro lado (si me pedían que sí, le buscaba por el no, o viceversa [además de haber un método de demostración así]) y listo, a veces le atinaba y pasaba el examen.
El chiste es que hoy, en el aniversario luctuoso de Poe, entre tantas referencias que leí, recordé mucho ésta, su para mí, gran enseñanza.
Incluído esta belleza de twit:



1.- Acá el cuento completo en español (una traducción que no me encanta) o el original en inglés.
2.- La belleza y lo interesante de las preguntas muchas veces eran inversamente proporcionales a la utilidad práctica de éstas.


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One thought on “Mirar de lado”

  1. Que interesante aprender a ver sin mirar de frente . Esto haría posible mejorar en nuestra forma de ver al mundo, sin ser tan obvios cuando las circunstancias así te lo pidieran.
    Con lecturas de Edgar Allan Poe se puede integrar una guia de estudio para los políticos del país y con seguridad mejoraría su desempeño.

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