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La «suerte» necesaria para tomar una buena fotografia
El llamado Bang-Bang club es un grupo de fotógrafos de guerra que trabajaron al final del gran conflicto sudafricano derivado del Apartheid. Con el mismo título hay un libro escrito por Greg Marinovich y João Silva que da origen a una película (también) con el mismo nombre: The Bang Bang Club [imdb].
Es una buena película, pero entre otros muchos, hoy me acordé de este diálogo, que usando el extremo de fotografía de conflicto me ayudó a dejar bastante claro mi punto.
En un bar en Johanesburgo están discutiendo Ken Oosterbroek (importante fotógrafo sudafricano) y un tal Jimmy, acerca del recién anunciado premio Pulitzer para el joven fotógrafo (también sudafricano) Greg Marinovich por una crudísima foto de un hombre ardiendo mientras es muerto a machetazos (si hay vícera suficiente, foto aquí).
Jimmy – ¿Sabes, él no sabía qué era? Esuché que tuvieron que explicarle qué era un Pulitzer. [Se ganó el premio por] Pura suerte. Pregúntame, Ken. Te lo digo: simple y sencilla suerte.
Ken – Sí, Jimmy. Sólo tienes que tener la suerte de estar a 3 metros de un hombre ardiendo1. Por suerte, estás a sólo medio metro de un vato con una navaja, lanzándote cuchilladas a la nuca2. Y claro, tienes que tener el ojo clavado en el visor de la cámara3, ¿correcto? Revisas la apertura, una apertura para tomar una pared de fuego4, ¿estamos? Entonces mi buen, cuando seas así de suertudo, ven a verme. Y podemos hablar si Greg Marinovich se merece el Pulitzer o no.
Jimmy – Tranquilo mano, sólo estaba diciendo5.
[Mi (holgadísima) traducción del diálogo pierde mucho. Tras el corte (al final del post), la transcripción en inglés, original de la película].
Nunca he hecho en fotografía de conflicto (como tal), pero siempre hay escenarios que en mayor o menor medida queden adhoc con este diálogo, que expone 4 puntos para tomar una buena foto (y un último importantísimo para la vida):
1 – Estar en el lugar
El tema de la distancia lo resume Robert Capa: “si tus fotos no son suficientemente buenas, es por que no estas suficientemente cerca”. Esa cascada chingonsísima que recuerdas de algún viaje a Real de Catorce, no va a pasar entre tu sala y comedor (a menos que hayas sido primer ministro ucraniano), ni por Churubusco. Hay que ir y buscarle.
2 – Sí, [algo de] suerte (pero la suerte se busca)
Que un pájaro en vuelo se meta a cuadro, que un coche en la noche barra lumínicamente tu long exposure, que pase una estrella fugaz, que alguien de la multitud voltee a la cámara y automáticamente se convierta en el sujeto… y entonces ¡click!
3 – Ninguna cámara encuadra la escena sola
Ojo, además: visor (o mirilla), no pantalla. El visor hace que el fotógrafo reduzca su mundo a un cuadrado cerrado, evitando muchísima contaminación, distracciones y detallando cada toma sin luces, brillos ni movimiento ajeno. Desconfío a priori de quien se dice fotógrafo y usa una reflex tomando fotos desde la pantalla.
4 – Saber usar la cámara
Ninguna cámara (aún) sabe decidir cuál es el mejor punto de foco, dónde medir exactamente la luz en el cuadro (que no sea el centro o todo el promedio de toda la escena), cuál es la apertura óptima para la escena que se desea retratar. ¿Sobre o subexponer?
5 – (extra) pagar las chelas
Saber cuándo se ha perdido una discusión (o dicho una pendejada) y para salvar lo que quede de honra, haya que pagar las chelas.
Troker, de Guadalajara a Glastonbury
Hace sólo unas semanas, por cuestiones que sólo puedo atribuir a mi [no muy común] buena suerte, conocí a Troker, banda Tapatía que se unirá al selecto grupo de un puñado de bandas nacionales, que representará a México en el festival de Glastonbury en sus más de 30 años de historia. Y bueno, de paso darán un buen tour por Europa, para regresar a México, decir ‘Hola, ya llegué. Pero adiós, ya me voy’ y volar a Colombia donde juegan casi como locales (fue donde los spottearon para llevárselos a Glastonbury).
La vez pasada iba sólo de trabajo, esta vez sí me di mis pausas para chela en mano, guardar la cámara y rockear con todos los asistentes y comprobar: estos cabrones dejan todo en el escenario. Sí, la base de su jazz rudo da pie a un rock funk (sin guitarra, importante) increíblemente bien llevado con, en serio, grandes, GRANDES intérpretes en cada instrumento. Regresan al jazz con guiños como los solos de cada instrumento, Frankie en la batería (quien además toca el prólogo del concierto), Christian en los teclados cuando suena “El Novio” o Samo en el [contra]bajo, quien convoca al aquelarre. Ritmos agresivos acompañados siempre por el sampling de DJ Zero, posición que creí “arriesgada” en un principio, pero no mames qué bien se oye. Y adelante, ribetear haciendo una mancuerna brutal el sax del tibu y gil en la trompeta. Tiempos progresivos. Temas mexicanos. Me cae, Glastonbury se las va a pelar los va a amar.
Insisto y repito, gran, gran banda y gran banda la banda. Todos. Esa vez en El Imperial fluyó tan chido la buena fiesta y los litros de cerveza que un par de semanas después me vi en un autobús a Guadalajara para ir como invitado a su concierto de despedida antes de su gira europea. Chale, mil gracias!
No me queda más que dejar por acá algunas fotos del concierto que tuvieron en el Estudio Cavaret y desearles la mejor de las suertes tanto en el festival como en todos los toquines de la gira (Madrid, Barcelona, Londres, Hamburgo, Berlin,…).
Y sí, hay tonos completamente subjetivos y de cuates, pero a lo que la música respecta, escúchenlos y verán.
[28 fotos en el post]
Troker
Como bien decía algún tuit por allí “¿Coachella qué? estos weyes se van a Glastonbury“, y es que Troker, una banda de Jazz rudo de Guadalajara para el mundo, se presentó en el Imperial con el mismo show que dará en el festival inglés a finales de mes.
Los estuve escuchando en la semana por primera vez y se oían super chingón, pero en vivo… son mucho mejores. Qué manera de romperse la madre en el escenario. Grandes y dignos representantes de la escena nacional en uno de los festivales más importantes del mundo.
Pueden encontrar su música en sus respectivas cuentas de soundcloud, grooveshark, iTunes y/o, pueden pasar a despedirse a su concierto de despedida antes de la gira por Europa el 21 de Junio en el Teatro Estudio Cavaret, de su natal Guadalajara. Al menos yo, creo que me lanzo (mais(?)).
Gran, gran banda y gran banda la banda, mecae.
[25 fotos en el post]
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